KACHIQHATA
(pulsando botón izquierdo aumenta la visión de la foto)
Ollantaytambo es otro de los muchos lugares en el cual que podemos admirar
la riqueza arqueológica que nos legaron los incas. Es una población que
forma parte de la provincia de Urubamba y del departamento del Cusco.
Está ubicada en la convergencia de dos valles surcados por el Vilcanota, al que los incas llamaban Willcamayu (Río Sagrado) y el Patacancha. A una altitud de 2.790 m.s.n.m.
Una
de las rutas que realizo con frecuencia, es hacia las canteras incas de
Cachiccata. Los últimos ascensos los he
iniciado desde el puente inca que se halla a la entrada de Ollantaytambo
viniendo desde Urubamba. Este puente consta de dos ojos sobre el río Vilcanota
(o río Urubamba). Sus bases, de origen inca, lo conforman grandes
bloques de piedra y, para proteger el pilar central, colocaron dos
enormes rocas a modo de rompe-aguas en el curso del río. En su origen, este
puente debió de ser colgante, y como tantos otros que hicieron los incas,
estaba realizado con el trenzado de una planta llamada “ichu”, y que se sigue utilizando
hoy en la cubierta de muchas casas
andinas.
Una vez cruzado el puente se inicia el ascenso por el margen
izquierdo.
Un letrero nos muestra el recorrido a seguir, a la vez que tenemos una buena vista de los andenes que circundan a Ollantaytambo.

Un letrero nos muestra el recorrido a seguir, a la vez que tenemos una buena vista de los andenes que circundan a Ollantaytambo.


Al otro lado del río Vilcanota (margen derecha) no encontramos fortificación alguna, debido quizá a que fue destruía con el trazado de la vía férrea.
Nuestro objetivo es visitar las canteras de Cachiccata y continuar luego el
ascenso hasta la cúspide del Cerro Arequipa, donde se halla una estructura
arqueológica inca, conocida como
INTI-PUNKU (Puerta del Sol).
La distancia entre el puente inca de Ollantaytambo y el INTI-PUNKU es de unos 8 km con 300 m. siguiendo una trocha peatonal. Este trayecto se puede realizar en una jornada sin pretender batir récords. Conviene madrugar para evitar el intenso sol de mediodía.
La distancia entre el puente inca de Ollantaytambo y el INTI-PUNKU es de unos 8 km con 300 m. siguiendo una trocha peatonal. Este trayecto se puede realizar en una jornada sin pretender batir récords. Conviene madrugar para evitar el intenso sol de mediodía.
El
camino inicial va paralelo al río Vilcanota,
con terrazas al lado izquierdo. En frente, al otro margen del río, podemos contemplar otro grupo
arquitectónico de la cultura inca; se denomina Raqaypata.
Una segunda parte del camino, mucho más amplia, nos lleva hasta la parte inferior de la cantera de Cachiccata (en quechua significa “ladera de sal”). Es un ascenso continuo para salvar los 400 m. de desnivel que hay entre el punto de partida (2800 m de altitud en el puente de Ollantaytambo) y esta cantera inferior situada a 3210 m.s.n.m.
Una segunda parte del camino, mucho más amplia, nos lleva hasta la parte inferior de la cantera de Cachiccata (en quechua significa “ladera de sal”). Es un ascenso continuo para salvar los 400 m. de desnivel que hay entre el punto de partida (2800 m de altitud en el puente de Ollantaytambo) y esta cantera inferior situada a 3210 m.s.n.m.
A lo largo de este segundo trayecto, que es
una de las rampas por la que los incas
deslizaban los bloques de piedra rosada, encontramos algunas de estas piedras de gran
tamaño que no llegaron a su destino y que se las conoce con el nombre de “Piedras Cansadas”.
He aquí dos ejemplares: la primera está situada frente a la iglesia de San Santiago Apostol (Ollantaytambo) y la segunda la encontramos en el camino de ascenso a la cantera.
He aquí dos ejemplares: la primera está situada frente a la iglesia de San Santiago Apostol (Ollantaytambo) y la segunda la encontramos en el camino de ascenso a la cantera.

También es frecuente encontrar personas recogiendo plantas aromáticas o medicinales (muña, tara, ...)
Obligatorio se me hace, al recorrer estos parajes, la visita a Don Guillermo Qawa; un anciano que vive solitario a 3022 m de altitud y con quien comparto un “tiempecito” de compañía y algunos alimentos, cada vez que realizo esta ruta.
¿Por qué no men-cionar a los niños Francisco, Roqui, Yéssica, Lourdes y Lisbeth a quienes en esta última caminata les ofrecimos los juguetes prometidos?

Estas piedras eran trabajadas parcialmente en las canteras y bajadas luego hasta el río Vilcanota frente el sector de Rumira.
Mediante un canal artificial paralelo al cauce del rio, desviaban el agua alternativamente (en época de sequía) y así trasladaban los bloques por uno y otro cauce con una isla en medio. Los bloques eran nuevamente arrastrados hasta la fortaleza de Ollantaytambo.
El último tramo consistía en una empi-nada rampa, la cual puede observarse per-fectamente desde el margen izquierdo del río, como muestra la flecha de la fotografía.
Sabemos,
por los útiles que los incas abandonaron en la cantera, que usaron la misma piedra para la
extracción de los bloques: percutores de
granito y basalto, obtenidos en el río Vilcanota. Estas
canteras debieron ser abandonadas cuando
Manco Inca se retiró de Ollantaytambo.
En
cuanto al traslado de las inmensas piedras,
no dejamos de cuestionarnos el tiempo, la manera y la
ingente cantidad de personas aportando su fuerza e ingenio. No cabe duda de que
el pueblo inca era experto en
construcción; sus numerosas obras que
aún perduran así lo atestiguan: Coricancha, Sacsayhuamán, Ollantaytambo, etc.
En la cantera norte (inferior)
de Cachiccata existen pequeñas
construcciones conocidas con el
nombre de “CHULLPAS”. Son diminutas
torres de base circular,
construidas a base de piedras
unidas con argamasa de barro rojo y paja. Se trata de construcciones funerarias que abundan en el
Altiplano de Perú y Bolivia, propias de los Qollas.
Las de Cachiccata, debido a su pequeño tamaño, deducimos que sirvieron como sepultura para una única persona, en las que generalmente colocaban al difunto en forma fetal junto con algunas de sus pertenencias. Poseen una abertura o entrada en forma rectangular y tienen cubierta la parte superior o techo. Algunas están muy deterioradas y otras han llegado a desaparecer totalmente; todas han sido saqueadas por los buscadores de tesoros (Huaqueros).
Las de Cachiccata, debido a su pequeño tamaño, deducimos que sirvieron como sepultura para una única persona, en las que generalmente colocaban al difunto en forma fetal junto con algunas de sus pertenencias. Poseen una abertura o entrada en forma rectangular y tienen cubierta la parte superior o techo. Algunas están muy deterioradas y otras han llegado a desaparecer totalmente; todas han sido saqueadas por los buscadores de tesoros (Huaqueros).
A
nuestros pies se encuentra el pueblecito que da nombre a estas canteras:
CACHICCATA. Una comunidad campesina de unas 80 familias con 320 personas
aproximadamente y que viven de la agricultura, especialmente del maíz y la
papa.
Tras reponer fuerzas, continuamos el ascenso hasta las
canteras oeste y sur. En ambas encontramos
piedras de mayor tamayo y mejor trabajadas, así como un recinto limitado
en el que alparecer se almacenaban y se trabajaban las piedras extraídas de la
cantera.
·
La amplia vega surcada por el río Vilcanota con sus
diversas tonalidades verdes, característica de los meses de lluvia; y en medio,
la famosa pirámide de Paccarectampu.
A propósito de esta pirámide truncada de Ollantaytambo, ciertos escritos la relacionan con los inicios fundacionales del Imperio Inca. Lo que sí podemos confirmar es que durante el solsticio de invierno (21 de junio), con la salida del sol, es posible observar diferentes efectos luminosos mediante las proyecciones solares sobre esta pirámide de Ollantaytambo.
A propósito de esta pirámide truncada de Ollantaytambo, ciertos escritos la relacionan con los inicios fundacionales del Imperio Inca. Lo que sí podemos confirmar es que durante el solsticio de invierno (21 de junio), con la salida del sol, es posible observar diferentes efectos luminosos mediante las proyecciones solares sobre esta pirámide de Ollantaytambo.

Me sorprendió encontrar en estas canteras una rueda de piedra (como de molino antiguo) al parecer sin terminar, pues el agujero central estaba sin
perforar totalmente.
Continuando nuestro ascenso, la siguiente parada fue en los restos arqueológicos de Choquetacarpo situados a 3.495 m.s.n.m,, de los cuales desconocemos la finalidad que tuvieron, aunque parece haber sido la residencia de quienes administraron la cantera.
El viaje prosigue en su última etapa de acenso hasta alcanzar los 3.943 m.s.n.m. Con la vista fija en el INTI-PUNKU (Puerta del Sol) y el deseo de culminar la proeza de llegar a dicha altitud, surgen fuerzas bajo el intenso sol y el mareo por la altura.
Son los últimos metros, unos peldaños y accedemos a la Puerta del Sol. Un impresionante espectáculo aparece ante nuestros ojos. Enmudecer y contemplar es lo más oportuno. ¡Loado seas mi Señor!