URUBAMBA Y SU ENTORNO


 

Urubamba se encuentra a 57 km del Cusco vía Chinchero, y es una de las 13 provincias del departamento del Cusco. Nombrar Urubamba es impreciso, ya que una sola palabra designa el río, la provincia, el distrito y la capital de provincia. La ciudad se encuentra en el corazón del Valle Sagrado, a una altitud de 2.875 msnm y está asentada a orillas del río Vilcanota, que al pasar junto al municipio toma el nombre de río Urubamba.

 

Según documentos, esta zona se denominaba Valle de Yakay. Fue a partir del siglo XVII que comenzó a denominarse Urubamba. Tierras que eligió el inca Wuayna Ccapac para residir en ellas debido a su clima benigno y sus paisajes. Posteriormente, y tras la conquista, Francisco Pizarro se reservó estas tierras para él; pero será Pedro Ortiz de Orué quien fundará la ciudad de Urubamba años más tarde, entre 1570 y 1575. 


Estas tierras son ahora, como lo fueron en tiempos de los incas, un importante centro productivo del maíz blanco. Por eso, en el centro de su Plaza de Armas destaca una pileta que en su parte superior hay una mazorca de maíz.

 ¿Qué ver en Urubamba?

 Aparte de los impresionantes paisajes que la rodean, uno puede disfrutar visitando su Plaza de Armas, la iglesia colonial de san Pedro Apóstol, la festividad y el santuario Señor de Torrechayoc,  el mercado, un taller de cerámicas de fama internacional (“SEMINARIO”) y  la arqueología de su entorno (Palacio del inca Wayna Ccapac y otros restos arqueológicos próximos al núcleo urbano).

Urubamba, además de lo dicho, cuenta con un buen clima y una buena infraestructura hotelera y residencial. De hecho, muchos viajeros prefieren alojarse en Urubamba en vez de Cusco.

 
A continuación describo algunos lugares que todo viajero puede visitar:


 


     Este templo fue construido durante el siglo XVII y es valioso por su arquitectura actual y obras que atesora. A lo largo de los años ha sufrido numerosos cambios y reparaciones.
Está ubicado en la Plaza Principal de la ciudad y elevado sobre ocho escalones de piedra labrada con bordes redondeados. La plataforma resultante ante la entrada está pavimentada con lajas.


La fachada del templo consta de tres cuerpos. En el del centro se halla una gran puerta de madera que cierra con un arco de medio punto
A ambos lados hay adosadas dos pares de columnas de estilo corintio y dos hornacinas ciegas. Sobre la portalada hay una ventana semejante a la puerta (de menor tamaño) y a sus lados la misma  estructura de columnas y nichos que en la parte inferior.

 

Los otros dos cuerpos laterales de la fachada corresponden a dos torres; la del lado derecho culmina con un campanario en forma de espadaña. Esta torre es de piedra labrada y consta de tres cuerpos: uno que corresponde a la base  y los otros dos al campanario con dos pisos; el inferior don dos campanas y el superior con una.  Mientras que la torre del lado izquierdo está sin concluir. 

El acceso principal está orientado hacia la Plaza de Armas, teniendo además otros dos accesos laterales. El de la izquierda está orientado a la calle Bolívar, y el de la derecha hacia la calle Grau. En la parte superior de la puerta principal hay dos aldabas o llamadores, que por estar a una elevada altura parecen tener más una función decorativa, propio de los edificios coloniales de la ciudad del Cusco. Estas puertas están también adornadas con clavos decorativos y otros herrajes.

    

El templo consta de muros de piedra y adobe. En el exterior se aprecian contrafuertes de piedra semi trabajada con mortero de cal-arena contrastando con las piedras labradas que bordean las ventanas de medio punto que hay entre los contrafuertes. La cubierta de teja está sobre una estructura de madera que descansa sobre arcos fajones de medio punto.

  Las portadas laterales son de piedras talladas, formadas por arenisca gris; los pilares cuadrados están adosados al muro, sobre los cuales nace el arco de medio punto construido con dovelas molduradas. Sobre este arco hay una cornisa de cuatro molduras. Las puertas de madera están adornadas con clavos decorativos.

Un pasillo con lajas une las puertas laterales con las calles adyacentes.


  La planta del templo tiene forma de cruz latina, de una sola nave. El presbiterio y los brazos están conformados por las capillas laterales del transepto (Números 2 y 3).

  El soto coro está junto a la puerta principal y es un espacio que precede a la única nave. Ambos espacios (nave y sotocoro) están separados por una mampara. El soporte del coro lo constituye un arco carpanel (arco rebajado) de piedra labrada.

 

Entre el 2006 y el 2012, el piso de la iglesia también fue restaurado con losetas de piedra (sotocoro y pasillo central de la nave) y con ladrillo pastelero (presbiterio, laterales de la nave y crucero).

     Al presbiterio se accede a través de una escalinata de cuatro peldaños de piedra labrada con bordes redondeados. A ambos lados del presbiterio hay dos ambientes simétricos, correspondiendo el de la izquierda a la sacristía.

El retablo mayor del presbiterio (N°1) está fabricado en madera, dorado y policromado. Consta de tres cuerpos y tres calles; en el cuerpo central se encuentran en este orden de arriba hacia abajo las siguientes imágenes: el Padre Creador, el Espíritu Santo, el Hijo, y la imagen de San Pedro patrono de la parroquia.

 


En la parte inferior está el tabernáculo,  forrado con planchas de plata labrada y decorado con motivos de fauna y flora.

En el crucero encontramos otros dos retablos de influencia barroca (siglo XVI y XVIII) de madera dorada y policromada. El de la izquierda (N°2) está dedicado al Hijo y el de a derecha (N°3) al Espíritu Santo. Así los tres retablos mayores están dedicados a la Santísima Trinidad, uno a cada persona.

En los muros contiguos a estos tres retablos se aprecia la existencia de pintura mural. En la capilla del lado derecho existe un vano de acceso a la escalinata que conduce al púlpito, situado en la pilastra derecha del primer arco de la nave. Este era el lugar desde el cual se predicaba en las iglesias. Hoy se hace desde el presbiterio, junto al altar. También hallamos en la bóveda del crucero una linterna poligonal. 


A cada uno de los lados de la nave, además de las dos puertas de acceso, encontramos tres capillas bajo arcos de medio punto. Son las siguientes:

·      Retablo de la Virgen de las Mercedes (N°4).  Es de  madera tallada y dorada. Contiene a la Virgen de las Mercedes en bulto y ricamente ataviada. En la parte superior está la imagen en bulto de San Lorenzo. 

·       Retablo de la Inmaculada Concepción (N°5).  Se trata de un retablo de madera pintada, con la Virgen Purísima en bulto.  A los costados San Francisco de Asís (izq.)  y San Antonio de Padua. En la parte superior un lienzo de la Sagrada Familia, y a sus costados las tallas de San Crispín y Crispi-niano.


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Retablo de Cristo Nazareno (N°6). Realizado en madera pintada, con la figura de Cristo caído y cargando la cruz. Paso que se saca en procesión el Viernes Santo, en el encuentro con su madre la Virgen Dolorosa.



Retablo de La Salle (N°7).  Es de madera pintada y está dedicado a los santos de la Congregación. El centro lo ocupa el fundador San Juan Bautista de La Salle. Encima de él hay una talla de la Virgen de la Estrella patrona del Instituto de los Hermanos. Las otras cuatro tallas representan a santos Lasallistas (Benildo, Salomón, Muciano y Miguel). En el frontis del altar aparece el escudo de la “Fraternidad Signum Fidei”. Mandó realizar este retablo el Hno. Francisco Álvarez Penelas. 

·      Retablo del Señor de la misericordia (N°8).

Situado al lado derecho de la nave, dedicado al Señor de la Misericordia, está engalanado por un retablo de madera tallado a mano y sin policromar. En la parte superior, la figura del arcángel san Miguel con armadura de general romano, amenaza con la espada a un dragón que representa a Lucifer o Satanás (según el Apocalipsis 12:7.)

Ambas figuras: San Miguel y el Señor, están realizadas en talla.

·       Retablo de la Sagrada Familia (N°9). Es de cedro dorado y tallado con imágenes de la Virgen, el Niño y San José en bulto. A la derecha del retablo se halla San Juan Bautista y en la iz-quierda   San Luis Gonzaga. En la parte superior hay un lienzo de la Virgen de Loreto. 

Capilla del baptisterio (N°10). Es el lugar donde se encuentra la pila bautismal y donde se celebraba años atrás la ceremonia del bautismo. Se encuentra al lado izquierdo del sotocoro. En la actualidad alberga el paso de Semana Santa referente al Santo Sepulcro.
Al lado opuesto (a la derecha de la nave) hay una sala con escaleras que conducen al coro.

En la parte posterior del templo (calle Sagrario), aparece el volumen de una capilla abierta. Su base es de piedra labrada, y de ella se levantan dos columnas de piedra de fuste robusto. Un arco de medio punto hace de capitel y sobre él una cubierta de teja de cerámica que vierte sus aguas hacia la calle Sagrario. Su parte posterior está provista de una reja de seguridad.

El templo de San Pedro Apóstol fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación  el 23 de enero de 1973 con R. S. Nº 2900-72-EDBajo la Dirección Regional de Cultura Cusco se llevó a cabo su última restauración entre los años 2006 a 2012, invirtiéndose 2 millones  589 mil 840 nuevos soles.    

   A ambos lados del presbiterio, así como en el crucero, podemos apreciar varios lienzos de gran tamaño, ejecu-tados por artistas de la Escuela Cusqueña.
Uno de ellos representa a la Santísima Virgen con el Niño en la gloria y rodeada de ángeles, entregando el rosario a Santo Domingo, y al otro lado se encuentra san Francisco de Asís con los estigmas reci-biendo la cruz del Niño.

        Rodean esta escena los quince misterios del rosario que son como una corona de rosas (de aquí rosario) que los hijos ofrecen como homenaje a su Madre.

      En la parte inferior del cuadro se reflejan las ánimas del purgatorio que son salvadas por ser devotas del rosario. Aparecen también en los extremos de la parte inferior los mecenas de dicha obra: Don Juan Manuel Moscozo y Peralta (Obispo del Cuzco) y Don Manuel Gayozo y Guevara (cura de la villa). Además se señala la fecha en que fue ejecutada la obra: 1784.

 

En esta fotografía bajada de Internet se ven dos ambientes, uno a cada lado, que no existen en la actualidad. El terreno para su edificación fue cedido por la parroquia a la Asociación de Artesanos de Urubamba donde se construyeron ambos salones destinados a artes, oficios y sesiones de dicha asociación. El de la derecha fue cedido el año 1920, mientras que el de la izquierda data de 1924.

  

 Muy extendida está la advocación al Señor de Torrechayoc, Patrón Jurado de la ciudad de Urubamba, y llamado cariñosamente “gringo” por sus devotos. Es una fiesta movible ya que se celebra el domingo de Pentecostés. Distintos eventos se programan para su celebración; entre ellos la peregrinación anual desde el año 2000 al Abra de Sicllacasa, lugar donde arrancan las leyendas que dieron inicio de la veneración de la Santa Cruz.








Hemos de ubicar el Abra de Sicllacasa en el sector limítrofe entre la ciudad de Urubamba y Lares, en plena cordillera de los Andes a 4780 msnm y que a la vez era una ruta natural que realizaban los caminantes y comerciantes de ambas zonas. Quedó intransitable tras el terremoto de 1650, hasta que en 1867 se reabrió dicha ruta colocando una cruz en el punto limítrofe.

A partir de aquí nacen las distintas leyendas en torno a la Cruz de Sicllacasa; hasta que el 24 de enero de 1882 se organizó una expedición al Abra de Sicllacasa para traer la Cruz a la ciudad de Urubamba y colocarla en una capilla que pronto resultó pequeña.



 Cuando don Francisco Tamayo fue elegido diputado de la provincia, en agradecimiento, costeó los gastos de una capilla mayor. Y fue con el Decreto Arzobispal N° 346-2001 que se elevó la capilla a la categoría de Santuario Arquidiocesano. 


Estos son los dos pequeños retablos de madera que se añadieron en el año 2021. Se hallan en la nave central, junto al presbiterio.

 

El templo actual es de una sola nave con un único retablo elaborado en madera tallada en pan de oro y de estilo barroco. En él destaca la venerada Cruz del Señor de Torrechayoc. Este retablo es el resultado del aporte conjunto entre el Arzobispado del Cusco, la Municipalidad Provincial de Urubamba, las diversas hermandades, comparsas de danzantes y feligresía en general.

Junto al templo se halla un museo donde se albergan ornamentos, estandartes y todo tipo de objetos como resultado de las donaciones y ofrendas de sus fieles devotos.

Mons. Richard Daniel Alarcón, Arzobispo del Cusco, el 1 de mayo de 2016, presidió la Santa Misa de Inauguración del Retablo actual.

 
 Muchos festejos se celebran en torno a esta festividad de Pentecostés (Señor de Torrochayoc en Urubamba). Destaca la ya mencionada peregrinación a Sicllacasa, la procesión y la eucaristía en el estadio de Nogalpampa. Son numerosas las danzas que exhiben su coreografía por las calles de la ciudad acompañando al Señor de Torrechayoc.

 
    La festividad de las Cruces o día de la Santa Cruz  (Cruz Velacuy en Cuzco) es una festividad muy destacada en el mundo andino desde la época de la conquista, reprimiendo las deidades tutelares de los pueblos indígenas. Esta imposición fue originando manifestaciones y costumbres culturales que hoy día tienen un gran arraigo popular.

    El día central es el 3 de mayo. Se inicia en la víspera por la noche trasladando las cruces desde los cerros y santuarios. En esta zona numerosas personas visitan la ciudad de Urubamba para venerar las santas cruces que se reúnen en la iglesia de San Pedro para celebrar la eucaristía.

 


 La Iglesia y Convento de La Recoleta, también conocida como la Iglesia y Convento de San Agustín se encuentra ubicada en la comunidad de Chichubamba (Urubamba). Es un monumento histórico de origen religioso ya que fue un antiguo monasterio de los frailes franciscanos. 

Su construcción data del siglo XVII (hacia 1650) en plena época colonial. Aún hoy día se pueden observar parte de las estructuras arquitectó-nicas coloniales de sus inicios (antes religio-sas), ya que se han conservado en el proceso de adaptación y remo-delación que tuvo lugar en el año 2007 para el uso hotelero (Hotel San Agustín). 


Se conserva el claustro del convento con una hermosa pileta en el centro del jardín. Se mantiene también la pequeña iglesia primitiva dedicada a San José, de una sola nave y de estilo barroco. La portada de piedra dintelada; su espadaña también de piedra sillar es de dos cuerpos de campanas y tres vanos con arcos de medio punto.

 

 En su interior resalta un pequeño coro situado sobre la puerta principal. En el presbiterio se halla un retablo de estilo neoclásico, en el cual destaca la imagen de su patrono San José.

 

En la actualidad, los fieles de la comunidad campesina de Chichubamba siguen celebrando en esta iglesia algunas festividades religiosas.

 
Las imágenes que hallamos en su interior, al igual de muchas otras de esta zona andina, llaman la atención por la suntuosidad de sus vestidos, los cuales se colocan sobre los hombros dando a la imagen una forma triangular. Otro detalle a destacar de estas imágenes son los cabellos que, en muchas ocasiones, la peluca está realizada con pelo natural.

 Cuando los frailes franciscanos se trasladaron al Cusco, esta propiedad fue pasando en manos privadas de unos dueños a otros, hasta convertirse en el hotel turístico de hoy.

 


Los restos arqueológicos de Quespihuanca es un recinto corres-pondiente a la cultura inca y se halla al norte de la ciudad de Urubamba; a una altitud de 2926 m.s.n.m. Esta propiedad o palacio real perteneció a Wayna Ccapac, undécimo emperador del Tahuantinsuyo. Se encuentra colindante a orillas de un rio encauzado desde tiempos del incanato llamado Chicón y que baja del nevado del mismo nombre.

Gran parte de lo que fue este palacio inca lo ocupa en la actualidad el cementerio de la ciudad y otra gran parte lo ocupan fincas particulares. Fue un centro administrativo y político, que a su vez sirvió de descanso. Según observa Juan Antonio Belmonte, fue incendiado por Manco Inca en su huida hacia la selva ante el avance de los españoles.

Antes de centrarme en el recinto arqueológico, debo aclarar que el término “palacio” es de origen europeo. Lugar de residencia y propiedad de un noble o rey. Mientras que en la sociedad inca, aparte de ser una vivienda, tenía espacios públicos dedicados a funciones religiosas; así lo vemos en este caso del palacio de Wayna Ccapac, en donde tenemos la presencia de una “huaca” que fue motivo de culto y veneración. A ello se suma el elemento agua, tan importante en los centros ceremoniales y que resulta un bien muy apreciado por la sociedad agrícola, donde el derroche de este elemento era manifestación del estatus y poderío económico.



Esto nos indica el carácter también sagrado que desempeñaba el palacio, fuera o no residencia fija del gobernante-dios con poder absoluto sobre súbditos y tierras. Hay estudiosos que afirman de este recinto que fue un Tambo o lugar de alojamiento para los viajeros.

   El muro que se con-serva del antiguo “Pala-cio de Wayna Ccapac”, situado en el lado oeste, fue recientemen-te restaurado a base de piedras poligonales, almohadillado y revestido con arcilla. La parte inferior del muro está trabajado con piedras de tipo ciclópeo, mientras que la parte superior es piedra rústica. En esta parte superior hay 41 nichos u hornacinas trapezoidales de doble jamba.

Frente a este muro descrito y en medio de la calle JR Los Incas se conserva aún una “Wuaca” (muy alterada) que representaba al cerro Saywa (cerro que alcanza una altitud de 3.840 msnm). Esta piedra sagrada, como tantas otras, fue objeto de culto porque representaba sacralidades [apus], las cuales eran veneradas a través de ceremonias. 



Entorno a este Waca sagrada, se escenifica el Qespiwanka Tinkuy; representación que hoy día se escenifica sobre una terraza próxima a la fuente y que da el nombre de “Qespiwanka” a este lugar. En la época inca, la ceremonia se celebraba cada solsticio de invierno (21 de junio en el Hemisferio Sur).

 Si entramos en el recinto del cementerio, a mano derecha, podremos observar parte de un muro inca que aún se conserva.

 

Si nos desplazamos por el camino exterior del cementerio, en el lado izquierdo, pronto observaremos dos torreones junto a otros restos arqueológicos incas. Estos torreones, en su origen, eran iguales. Uno de ellos ha llegado casi intacto hasta el día de hoy. Están realizados con piedras y barro; en su interior observamos ocho hornacinas, cuatro a cada lado de las puertas, que servían para depositar ofrendas. El piso está aplanado y hay una ventana en la parte superior del torreón que servía para divisar a los caminantes que se acercaban al lugar.

 

 Una puerta de triple jamba daba acceso al recinto a todos los que llegaban por el camino del Qhapagñan. Recordemos que  la triple jamba era carac-terística de los lugares  más importantes o sagrados. 

A pocos metros hallamos recintos en forma cuadrada que pudieron ser lugares de culto o aposentos para el descanso de los viajeros.

Por la puerta orientada hacia el este, los rayos de sol entran directamente el 21 de diciembre; mientras que al atardecer los rayos solares penetran por la puerta opuesta.

 


Urubamba se encuentra  rodeada de cerros tutelares. Uno de ellos es la montaña Saywa de  3.839 msnm, ubicada al noreste de la ciudad y de pequeño tamaño si la comparamos con los nevados cercanos como es el Chicón (5.530 msnm) y el Pumahuanca (5.318 msnm).


Desde la parte inferior del apu Saywa se observan en la cumbre del  cerro  dos torres incas denominadas “Sukankas” y separadas entre sí por unos 45 metros. Tras la conquista de los españoles se puso una cruz sobre una de ellas. Hace unos años, tras la restauración de las Sukankas, la cruz fue desplazada a un extremo del mismo cerro.


No son muy grandes las dimensiones de estas Sukankas. Su composición es de piedra irregular unida con mortero de barro. Tenían como función señalar la posición del sol en  el  solsticio de invierno (21 de junio en el Hemisferio Sur),  indicando el inicio para la siembra del maíz, pues de la observación del sol dependía la economía. Dicho de otra manera señalaban el inicio del año andino durante el mes de junio, celebrando la fiesta principal de los incas, el Inti Raymi o Fiesta del Sol (el día más corto del año).

La ruta de ascenso es de 3,6 km. (según Mapa Wikaloc l Ruta Saywa). Urubamba está a una altitud de 2800 msnm. Hemos de ascender en zigzag  unos mil metros hasta los 3.839 msnm. El ascenso puede durar  aproximada-mente unas 3 ó 4 horas si la persona está poco preparada.

En la actualidad son las dos únicas Sukankas que han perdurado hasta hoy desde el incanato. Estas, estaban relacionadas con el palacio Wayna Ccapac para precisar el hito del solsticio. Es durante el mes de junio que podemos divisar desde la waca del sol situada detrás del cementerio de Urubamba (en lo que fue el palacio de Wayna Ccapac), cómo el sol sale entre las dos torres ubicadas en el cerro Saywa.



     Comentan los habitantes de esta zona que cuando empezaron a construir sus viviendas encontraron diversos “Queros” de la época inca. Es por eso que comenzaron a denominar a estos terrenos Querocancha. Recuerden que los “queros” eran vasos ceremoniales, principalmente de madera, más anchos por la boca que por la base.

      Pues bien; dentro del municipio de Urubamba y en dirección a Pumahuanca, se encuentran ocho colcas o qolqas (depósitos donde se almacenaban los excedentes productivos) situadas en la ladera del cerro..Huamanmoqo (o Corralmoqo) a una altitud de 2.912 m.s.n.m.  Estas qolqas son de base cuadrangular (4 x 4 m. aproximadamente) y con una altura de unos cinco metros, separadas entre sí por unos 50 centímetros. Se sitúan en dos niveles de terraza (cuatro en cada nivel) con sendos muros de contención de unos 3 m. de altura.

 
     La construcción de estos grandes depósitos solía estar bien elaborada, ya que debían tener un buen sistema de ventilación. Su ubicación en las laderas de la montaña también era importante para lograr la mayor circulación de aire posible, con la finalidad de conservar los productos almacenados.

        Para acceder a este lugar debió de existir, unos metros antes, una puerta de control en medio de un muro semicircular que hoy está muy deterioradoEs de notar en estas qolqas los orificios en su parte inferior para facilitar la ventilación.

 
      La gente del entorno las llama “Chullpas”, así como un hotel cercano que lleva este nombre. Aclaremos que las chullpas, a diferencia de las qolqas, eran monumentos funerarios construidos principalmente para personas de alto rango social.

 
En el entorno de estas qolqas se hallan algunas tumbas cubiertas de maleza huaqueadas y abandonadas en la actualidad (como muestro en esta tercera imagen).

        En el camino de acceso, que no es largo, podemos disfrutar del rico olor de diversas plantas aromáticas; es un sendero que en su ascenso no representa peligro, y podemos divisar desde él bonitas panorámicas de la ciudad de Urubamba y del rio Vilcanota.

 
      Frente a estas qolqas, al otro lado del río Pumahuanca, y en la ladera del cerro Kuntursenqa, existen otras construcciones arqueológicas en muy mal estado de conservación. Sólo una qolqa aislada está reconstruida.

       En ambos lugares  podemos observar, bajo los roquedales del entorno, tumbas que han sido profanadas y abandonadas en medio de una abundante vegetación.

  


      Urubamba, como distrito, cuenta con varios lugares de restos arqueológicos y bellos paisajes naturales que las agencias de viaje muestran en sus variadas ofertas turísticas (Chinchero, Moray, Salineras de Maras, Machupicchu, Ollantaytambo, etc…) También abundan las ofertas de aventura y de treeking, así como el turismo vivencial en comunidades altoandinas.

  Urubamba cuenta con diversas rutas de trekking, de entre las que destaco dos: la que va hacia el nevado del Chicón y la del Pumahuanca. En esta última podemos obser-var, los restos arqueo-lógicos de Inkaraqay, las cataratas de Gallo Rumiyoc, e incluso llegar hasta los baños termales de Lares.

  Para llegar a Inkaraqay, sitio arqueológico situado a 3.632 m.s.n.m. y a orillas del río Pumahuanca, se asciende durante unas tres horas por la cuenca del río y por una trocha con paisajes dignos de ver.

 
      En las fotografías que muestro se aprecia el trabajo realizado en piedras de granito labradas, con abundantes ventanas y nichos, así como edificaciones de dos pisos. Visto desde la altura podemos observar la distribución de los espacios, donde los recintos están unidos entre sí, albergando espacios públicos o canchas.

 
 

 

El legado histórico es uno de los diversos atractivos con que cuenta Urubamba. Uno de ellos son  sus portaladas, donde sus dinteles muestran inscripciones y formas labradas. Abundante es este arte popular en numerosas viviendas del Valle Sagrado, aunque en muchas ocasiones no podemos establecer la datación de su ejecución o la construcción de la vivienda por falta de datos en el dintel, o también porque es posible que se haya reutilizado el material o reedificado el solar. 

Lo considero y denomino “arte popular” porque tiene por denominador común la ausencia del nombre de sus autores; gente sencilla que no se considera artista, pero que expresa a través de su trabajo toda una herencia generacional recibida.

Al contemplar la portalada de una vivienda, esta nos proporciona cierta información sobre sus dueños.  En el mundo rural andino, donde se utilizaba el adobe y la madera como elementos básicos de la construcción,  el hecho de que una familia pudiera pagar un picapedrero y emplear piedra labrada en su vivienda, era ya signo de una posición social más elevada. También en ocasiones se da a conocer el nombre (o iniciales) del propietario (padre de familia), o se manifiesta el rango nobiliario mediante el escudo de armas.

Otro elemento muy común a destacar en las portaladas de las viviendas son los signos, dibujos o advocaciones para proteger la vivienda y las personas que la habitan. Desde la antigüedad, el hombre, ha buscado cómo protegerse contra el mal, ya sea de catástrofes naturales o de los malos espíritus. Estos elementos protectores suelen colocarse en las entradas a la vivienda (ventanas y puertas), principalmente en los dinteles. Esto me recuerda el relato del Éxodo (12, 20-22) cuando los israelitas pintaron sus puertas con la sangre del cordero para proteger de la muerte a sus primogénitos.

En nuestro entorno actual del Valle Sagrado, los signos protectores más destacados, si los hay, son los cristianos, tales como la cruz, la eucaristía, los anagramas religiosos y hasta advocaciones. No faltan símbolos de la cultura inca como expresión del sincretismo. Es a través de estas manifestaciones, que podemos deducir el tipo de religiosidad de la familia que habita el hogar.

En Urubamba podemos hallar algunos dinteles con blasones heráldicos o escudos de armas, aunque son escasos, como signos de pertenencia a un linaje señorial. También encontramos en  ocasiones portadas que están decoradas con elementos autóctonos de flora y fauna, así como de influencia europea.

Considero que el presente escrito no es un trabajo técnico ni exhaustivo sobre las numerosas portaladas que hay en Urubamba. Tan solo pretendo sensibilizar a las autoridades e ilustrar a la población sobre la riqueza de este sencillo patrimonio. Algunas de estas portadas se encuentran en buen estado, pero la mayoría muestran un deterioro o descuido a causa de que están infravaloradas por el municipio, entidades culturales e inclusive por sus mismos propietarios.

Para preservar y revalorar estas portadas el Consejo Municipal de esta ciudad debe tomar conciencia y actuar mediante algunas de sus comisiones a ejemplo del pueblo vecino de Maras, donde sus portadas son consideradas Patrimonio de la UNESCO.

A continuación expongo, como muestra de lo dicho, algunos de los dinteles que actualmente se pueden contemplar en nuestra localidad de Urubamba.

Portada ubicada en Jirón Sagrario N°542.

En ella no se precisa el año de su origen. El dintel está sostenido por dos jambas de forma cuadrada sin decorar y cada una está rematada por un capitel sencillo. 

El dintel, en su parte central, presenta un círculo que contiene en su interior un monograma del nombre de Jesucristo IHS (Iesus Hominum Salvator - Jesús Salvador de los Hombres, en latín), coronado con una cruz, que es también símbolo representativo de Jesucristo, así como los tres clavos unidos por sus puntas y sobre un corazón. Símbolos estos muy frecuentes en la heráldica de la Compañía de Jesús.

 A ambos lados del dintel hay una serie de figuras enmarca-das dentro de un rectángulo (semejando escudos). En el de la izquierda se lee la leyenda: “AVE MARÍA”, intercalando entre cada dos letras una cruz griega.

 La portalada se ve rematada por una cornisa labrada en cuatro piedras sobre el dintel.

 

Portada ubicada en Mariscal Castilla (sin número) 


Se halla en buen estado de conservación. El dintel lo sostienen dos jambas de forma cuadrada y con simétrica decoración. Cada jamba está dividida en cuatro partes, alternando los dibujos. A su vez, las jambas, se ven rematadas por capiteles sencillos.

El dintel está compuesto por tres piezas líticas, siendo la mayor la del medio. En su centro se halla  una custodia con la cruz en su interior. Junto a ella, y a ambos lados, aparecen: un cirio, el ángel con el incensario y una cara grotesca seguida de adornos vegetales con racimos de uvas.

 Remata la portalada una cornisa labrada en varias piedras, que sobresale y está unida al dintel mediante molduras escalonadas.

  

Portada ubicada en Jirón Belén N°920.

 

 Toda ella muestra una gran sencillez. El dintel está sobre dos jambas cuadradas y cada una está seccionada en  cuatro piezas que carecen de decoración. El dintel y las jambas se unen mediante un sencillo capitel con decoraciones poligonales volumétricas.

 El centro del dintel lo ocupa un semicírculo, mostrando en su interior una custodia en forma de sol con la cruz en su interior. Junto a ella, y a ambos lados, aparece un candelabro con la vela.

Destaco la leyenda poco visible situada en la parte inferior del dintel que dice:

 “ALABADO SEA EL SANTÍSIMO
 SACRAMENTO”

 

 Portada ubicada en Jirón Sagrario N°480.


 
Interesante portada debido a su abundante decoración y al buen estado de conservación a pesar de que la vivienda ha sido reconstruida en varias ocasiones. Es un exconvento de los jesuitas y en su dintel se precisa la fecha de ejecución (1793).

 En el centro del dintel aparece en relieve un escudo de armas partido en vertical, con figuras repetidas en cada lado; dos cabrillas a la diestra y dos candados cerrados a la siniestra. Recordemos que un escudo partido en la heráldica expresa la unión de dos linajes diferentes.

 Coronan el escudo tres semicírculos; el del centro, contiene medio sol con sus rayos solares y candados incompletos en los otros dos semicírculos.

 Entorno al escudo existe una leyenda que dice: “CASTRO AÑO DE 1793 SE ACABÓ”. A ambos extremos del escrito hay dos figuras de animales que semejan leones, simétricos y mirando ambos hacia el centro. Completan el dintel en sus extremos, dos piedras rectangulares en posición vertical y labrados con dos cuadrados superpuestos cada una.

 Dos jambas de forma cuadrada sostienen el dintel y cada una de ellas está formada por cuatro piedras que presentan idéntica decoración, excepto las situadas bajo los capiteles, donde una de ellas tiene invertida la decoración.

Sobre sendas bases cuadradas descansan las pilastras y estas se unen al dintel con sencillos capiteles decorados con molduras. Remata esta valiosa portada una cornisa que sobresale bastante y está labrada en cinco piedras con molduras escalonadas.


Portada ubicada en Jirón Bolívar  (sin número)

 
Portada que se halla ubicada en la Casa Parroquial. Un informe importante encontramos en la parte inferior del dintel, indicando la fecha de realización: AÑO DE 1676.

Es una portada de líneas simples, donde sus jambas están sin decorar y coronadas por sendos capiteles sencillos. Sostienen un dintel compuesto por tres piezas, del que sobresale un corni-samento en su parte superior.

 Dentro del dintel y en la piedra central del mismo, encontramos varias inscripciones. Sobre ellas, y de manera simétrica, hay en ambos lados la letra omega del alfabeto griego. En la parte central aparece el anagrama de Jesucristo rematado con una cruz sobre la “H”, y debajo de ésta encontramos los tres clavos que hacen referencia a la pasión.

 

Al lado derecho del dintel está el anagrama de MARÍA y en el  izquierdo 
el de san JOSÉ.

 Muestro un escudo en el que aparecen también los tres anagramas.

 Así pues, esta portada estaría dedicada a la Sagrada Familia.

 

Portada en la Avenida Mariscal Castilla (sin número)

 

Portada que aparece sin enumerar, como tantas otras de esta avenida. La estructura del dintel descansa sobre dos jambas de forma cuadrada sin decorar y reposando sobre sus bases cuadradas.

 Remata la portada en su parte superior, una cornisa que sobresale y se une al dintel mediante una moldura.

Llama la atención en el dintel, el escudo decorado con adornos externos. Alrededor de este blasón aparece la inscripción: AVE  MARÍA. Y una cruz griega o “X” que se intercala entre cada letra de esta advocación.


El escudo está cortado horizontalmente por su mitad. En el jefe superior se muestra un águila coronada en visión frontal; sus patas y plumas de la cola apartadas; alas abiertas y cabeza de perfil, mirando hacia la diestra. Sus garras se apoyan sobre las cabezas de otros animales y a cada costado del águila aparece una palmera.

En el campo inferior del escudo se muestra un dragón de perfil orientado hacia la diestra y girando la cabeza hacia tras.

Rematando el escudo en su parte superior y sobre la cabeza del águila, aparece un semicírculo solar con sus rayos, conteniendo en su interior la letra “V” de la advocación mencionada. 

             Portada ubicada en Jirón Grau N°325

Construida en piedra labrada. Sus jambas de sección cuadrada están sin decorar, así como los capiteles que las coronan y sostienen el dintel.

Frente a las jambas han colocado recientemente dos columnas seccionadas con capitel jónico y cuya función es ornamental. 

El dintel de esta portalada está formado por tres piedras trabajadas. Las situadas en los extremos exhiben el anagrama o símbolo de los jesuitas que tantas veces se repite en las portadas de Urubamba y en otras poblaciones cercanas. Se trata, como ya hemos aclarado, del anagrama de Jesucristo rematado con una cruz sobre la “H”, y los tres clavos de la pasión bajo esta misma letra.

Las imágenes talladas que ocupan la parte central del dintel, representan a un noble de la época de la conquista con el sable en la cintura y enarbolando la cruz.

Un león yace a sus pies, y la vegetación envuelve la escena.

 Remata la portada una cornisa compuesta por cinco piezas líticas.

 

 Portada ubicada en Jirón Bolognesi (sin número) 


Portada que se encuentra en buen estado de conservación. Sus dos pilastras, compuestas por cuatro piedras talladas cada una, están sin decorar  y son de sección cuadrada.

Los capiteles simétricos e invertida la posición, muestran una sencilla decoración con una flor de lis en su interior. 

Tres piezas líticas componen el dintel, siendo la mayor la del centro, siendo la única decorada. Su diseño trata de reflejar la simetría, ocupando el centro un círculo cuyo interior contiene esculpida la cruz sobre la letra “H”, y a sus lados la “I” y la “S” (casi borradas) del anagrama jesuita.

A cada lado de este círculo central se hallan dos dígitos y una letra sobre ellos. Los números  corresponden a la fecha de construcción (19 – 63), siendo las tetras: “B” y “V”.

 Completan el dintel en sus extremos otros dos círculos que contienen cada uno un jarrón con tres flores cuadrifolias.

 

Portada ubicada en Mariscal Castilla (sin número)

 

    Esta portada se halla relativamente en buen estado de conservación. Las jambas, de forma cuadrada, están sin decorar y rematadas por un sencillo capitel decorado con molduras. Las pilastras descansan sobre sendas bases cuadradas.

       Un segundo capitel, de sencilla decoración, aumenta la altura de la portada y mejora su diseño.

       El dintel ha sido tallado evocando la sagrada eucaristía. Sus ilustraciones están repartidas a ambos lados del eje de simetría que lo ocupa la custodia. La sagrada hostia está rodeada de rayos solares y en su interior podemos observar una cruz.

 

   A cada lado de la custodia, y de manera simétrica, se encuentra el cirio y una persona postrada de rodillas en actitud de adorar. También en los extremos del dintel aparece el diseño de un motivo vegetal que puede hacer referencia a la vid.

      Remata la portada una cornisa que sobresale y que está labrada en varias  piedras.

 

 La iconografía en Urubamba.

       Al hablar de iconografía me refiero a los anagramas, inscripciones y siglas que aparecen en los dinteles y jambas de las portadas. Muchos de estos signos son de carácter religioso y, como ya he señalado anteriormente, tienen en su origen la finalidad de proteger.    


Es a través de estos signos que también se mani-fiesta la religiosidad de la familia que habitaba en la casa. A esto, la investigadora Tatiana Medina lo denomina  “sacralización de espacios civiles”.

 

     Es en este contexto, que el icono más destacado en los dinteles es la cruz como símbolo cristiano. Ésta representa a Cristo como mediador y protector en nuestro cotidiano vivir. Por eso son tan abundantes las cruces en los cerros de nuestro Valle Sagrado, protegiendo del mal a las personas, comunidades, animales y chacras.

                          

    Este signo cristiano va unido casi siempre al monograma IHS o JHS. Letras mayúsculas que corresponden a la etimología latina Jesus Hominum Salvator (Jesús Salvador de los Hombres). En 1541 san Ignacio utilizó este antiguo monograma en su sello como Superior de la Compañía de Jesús, convirtiéndose en el símbolo de la orden.

     Como podemos observar en la imagen se añadió una cruz sobre la H, y los tres clavos que hacen referencia a la pasión de Jesús. Es muy corriente rodear el IHS con un sol radiante y colocar debajo de las letras los tres clavos de la pasión unidos por sus puntas.

El Papa Francisco, siendo jesuita, adoptó este monograma en su escudo episcopal.

 Veamos algunos ejemplos en la ciudad de Urubamba.



Encontramos también dinteles con los tres anagramas dedicados a la sagrada familia  (Veamos dos ejemplos)



Jirón Comercio n° 347   (MARÍA – JESÚS – JOSÉ)




Y en Jirón Mainique n° 409   donde los anagramas de José y María está

invertida la posición con relación al dintel anterior.

 

 Otro icono religioso que abunda en los dinteles de Urubamba es la representación que alude a la Sagrada Eucaristía; tema que ya vimos en la portalada de Jirón Belén n° 920 y en la de Mariscal Castilla s/n. Generalmente aparece diseñada una custodia  acompañada de una frase como en el caso mencionado de Jirón Belén que es la siguiente:

 Otra muestra lo vemos en el siguiente dintel situado en Jirón Mainique n° 414. Tiene la misma frase haciendo referencia a Jesús en la Eucaristía: “ALABADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO”.



Nótese el añadido reciente “AL” y la terminación “mo” y “to” sobre las palabras correspondientes. El cáliz y la sagrada hostia son el icono con que se representa aquí la Eucaristía. En el caso de Jirón Belén n° 920, como ya vimos, se hace con la custodia.

 El sol que rodea la hostia es símbolo de Jesucristo desde los orígenes del cristianismo. Es Jesús quien ilumina la humanidad de quien cree en él.

 El sol rodea la hostia como analogía. Así como el sol es necesario en la tierra para producir vida, así es visto Jesús por los creyentes, desde los orígenes del cristianismo, para producir vida.

 
             “ALABADO CEA EL SANTISIMO SACRAMENTO”

En Jirón Bolognesi n° 228




La mayoría de las jambas son de sección cuadrada y carecen de ornamentación; y si la tienen la  más frecuente está trabajada con  escarapelas y cuadrifolias dispuestas simétricamente como podemos velo en Jirón Sagrario n°480 y en Mariscal Castilla.

 

Encontramos también, aunque pocas, figuras esculpidas en relieve como ocurre en estas dos imágenes:
Esta se halla en Jirón Arica n°369
La dovela o pieza clave del arco tiene esculpido un mascarón.

A sus lados aparece el año de 1935

 Esta otra se halla en Mariscal Castilla n° 640.

Imagen esculpida en ambas pilastras.

Ambos personajes, con barba y bigote, parecen pertenecer a la nobleza europea por la gorguera y la corona que cubre su cabeza.

  

Portada ubicada en Jirón Comercio N° 116 


No se aprecia el año de su origen. Sus dos jambas de forma cuadrada están sin decorar y se unen al dintel mediante dos capiteles sencillos.

        Remata la portada en su parte superior, una cornisa que sobresale y se une al dintel mediante una moldura escalonada. El dintel presenta la siguiente inscripción: “ALABADO EL SANTÍSIMO”; y sigue la abreviación

 Bajo esta expresión que hace referencia a Jesús en el sacramento de la Eucaristía, aparecen dos leones rampantes con corona real y sosteniendo la borla marcaypacha, que era la corona del inca y símbolo del poder imperial.

 


   Reitero antes de terminar este tema de las portadas, la situación de abandono en algunos casos y el mal trato de otras. Espero que las entidades competentes, así como los dueños o inquilinos de la casa se pongan a valorar esta riqueza que nos han transmitido.

 




No solo el deterioro o abandono me llama la atención, sino también los letreros publicitarios que ocultan el valor de algunas portadas. He aquí algunos ejemplos

 

 


3 comentarios:

  1. Excelente publicación! Muchas gracias por compartir muy buena información.

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  2. Magnifico reportatge, espero poder disfrutarlo en persona algun dia. Salud hermano Vadillo y un abrazo desde Banyoles.

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  3. Qué interesante hno. Algunas detalles que muchos desconocen.

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